Mujer Mariposa

Mujer Mariposa

Mujer Mariposa

Serie: Gran Formato
Técnica: Látex sobre tela
Medidas: 110 x 185 cm
Año: 2007

 

 

“Mujer Mariposa” es un cuadro que imbrica varias imágenes surgidas de la naturaleza y que sugieren distintos caracteres y estados anímicos.

La imagen central de la mujer desnuda arrodillada, anónima, que no muestra su rostro, sino que lo cubre con sus manos en alto en posición orante. Su postura es de ruego, de fragilidad, de total vulnerabilidad.

Por otro lado, las alas de mariposa, una versión fantasiosa del tipo conocido como “Atlas”, alas que sugieren la delicadeza, lo sutil y lo etéreo.

Estas alas, sin embargo, encierran otros rasgos animales: en sus extremos sendos perfiles de Águilas Calvas, personificación por excelencia del espíritu indómito y guerrero; y en el centro dos ojos de puma, gran felino americano, animal solitario, símbolo de fortaleza y sigilo, cuya gracia y poder han sido ampliamente admirados en las culturas de los pueblos indígenas de las Américas.

Finalmente, la figura se encuentra en un ámbito de vegetación, situándose sobre unas hojas de luminoso verdor, que acentúan la idea de lo selvático, lo salvaje y lo intenso.

 Su composición alude a la representación de la fragilidad de la naturaleza, que se encuentra a merced de una humanidad egoísta y superflua, que no repara en las consecuencias de sus actos de destrucción y aniquilamiento del aire, los suelos, las aguas, la flora y fauna mundial.

Es un ruego, un llamado a la reflexión sobre la necesidad de cuidar nuestro mundo y los seres que en él habitan, que acompañan y ayudan al hombre, con su belleza y su insustituible presencia en los ecosistemas de todo el mundo.

 

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Mujer Gato

Mujer Gato

Mujer Gato

Serie: Gran Formato
Técnica: Látex sobre tela
Medidas: 125 x 65 cm
Año: 2007

 

 

Para la tradición celta, el gato era básicamente un animal benéfico, cuyos ojos son considerados la puerta del Otro Mundo.

Animal sagrado, venerado y a veces mimado excesivamente, en el seno del budismo tibetano se le considera acompañante en el tránsito obituario, y representa el subconsciente del que sueña (o viaja) en los sueños lúcidos.

Los romanos apreciaban tanto el espíritu de independencia del felino que hasta la diosa Libertas era representada junto a un gato, símbolo de la más absoluta libertad.

En el antiguo Egipto, los gatos domésticos eran considerados animales sagrados.

Fueron objeto de culto debido a su habilidad para hacer disminuir la población de ratones en los campos de cereales del Nilo, de capital importancia económica.

Los egipcios pretendían buscar el contento de Bastet, la diosa de la protección, de la belleza y del placer, del amor y la fertilidad.

Esta diosa era representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato. Precisamente, era a través de esos ojos de felino cómo la diosa Bastet (que creían que vivía en el cuerpo de los gatos) escrutaba el alma de los hombres controlando sus acciones.

“Mujer Gato” presenta una simbiosis de gran intensidad visual entre un gato y una mujer, destacando la fuerza de los ojos felinos, que poseen y contienen a la mujer, quien se mantiene anónima, pues no muestra su rostro.

A través de estos ojos, tal como lo hiciera la diosa egipcia Bastet, se busca llegar al alma de quien los mira, atravesando su propia mirada, sorprendiéndolo hasta intimidarlo.

La composición sintetiza dos ideas culturalmente complementarias, como son lo femenino y lo felino, unidos en la imagen de un espíritu complejo, pero a la vez bello, seductor y astuto, grácil y misterioso.

 

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Ninfa y Lince

Ninfa y Lince

Ninfa y Lince

Serie: Gran Formato
Técnica: Látex sobre tela
Medidas: 65 x 130 cm
Año: 2007

 

 

En la mitología griega, una ninfa es cualquier miembro de un gran grupo de espíritus femeninos de la naturaleza, a veces unidos a un lugar u orografía particular.

Las ninfas son las personificaciones de las actividades creativas y alentadoras de la naturaleza.

Su hogar está en las montañas y arboledas, en los manantiales y ríos, en los valles y las frías grutas.

El nombre de “ninfa”, significa “mujeres jóvenes casaderas, novias” y son los seres que habitan en la naturaleza.

Son tenidas habitualmente por hijas de Zeus y personifican la fuerza natural que preside la reproducción y fecundidad de la naturaleza. Su vida, a diferencia de las mujeres griegas, gira alrededor de las pasiones y los sentimientos.

Su belleza es proverbial, y así como todas las ninfas son hermosas, son también amantes de la danza y de la música.

 Las Dríades o Hamadríades son las ninfas que habitan en los árboles.

Éstas mueren cuando los árboles decaen o son talados o bien viven muchísimos años, pero llega un día en que fatalmente desaparecen.

El lince, según la mitología grecorromana, nace por la soberbia y desobediencia de Lynx, rey escita que había recibido de Triptólemo el privilegio de ser el primer hombre en conocer los secretos de la agricultura, pero, al negarse a compartir este conocimiento con sus congéneres, fue convertido en animal y condenado a vivir en los bosques por siempre.

Según creencias romanas, la vista de los linces es tan buena que les permitiría ver a través de los objetos.

La imagen que nos muestra el cuadro toma estas ideas mitológicas, mostrando una Hamadríade contemplando dulcemente a un lince que se oculta parcialmente tras el árbol que ella habita.

El lince ya la ha visto y la conoce, y ahora se dispone a ver a través de los ojos del espectador y conocer su interior, adentrándose agudamente en las profundidades de los bosques de su alma.

 

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Kharities (Tríptico)

Kharities (Tríptico)

Kharities (Tríptico)

Serie: Gran Formato
Técnica: Látex sobre tela
Medidas: 85 x 190 cm
Año: 2007

 

 

Las Tres Gracias

Hijas de Zeus y la ninfa Eurynome (hija del Titán Océano), las Tres Gracias eran las diosas de todo aquello que se asociara a la alegría, la belleza, el adorno, el arte, la música, la gloria, la danza, la festividad y el regocijo.

Presidían los banquetes, las danzas y todas las actividades y celebraciones placenteras, en definitiva, todo aquello que en el mundo pudiera haber de agradable, placentero, interesante, atractivo.

Otorgaban a dioses y mortales la alegría, la elocuencia, la liberalidad y la sabiduría, la genialidad para ser un artista y eran compañía habitual en el Olimpo de Afrodita y Eros y están muy relacionadas con las Musas.

Se las suele representar como tres figuras femeninas desnudas entrelazadas ejecutando una danza.

 

Thaleia o Thalia es la diosa de la festividad y los banquetes lujuriosos. Su nombre también significa “la floreciente” en el sentido del reverdecer y florecer de la primavera. Su rosa se caracteriza por poseer grandes racimos de blanco-crema con dobles pimpollos que son muy aromáticos.

Aglaia personifica la belleza, el esplendor, la razón y la gloria. La rosa que lleva su nombre es blanca con reflejos amarillos-crema, una flor vigorosa y encantadora, con una fuerte y agradable fragancia.

Euphrosyne o Eufrosine es la diosa del buen ánimo, la juventud, la alegría, el regocijo y la amistad. La flor nombrada en su honor es una rosa de fuerte color al abrir su pimpollo, pero que va palideciendo con el paso de los días.  Florece en forma de ramilletes y su fragancia es atractiva, con reminiscencias del aroma del te.

 

La obra combina una versión actual del bajorrelieve helénico de las “Tres Gracias” que se encuentran en el Museo del Louvre y datan del s. III a.C. a quienes le faltan sus cabezas y pies, acompañadas de sus respectivas rosas, creaciones de un botánico francés del siglo XIX.

Las tres hermanas están enlazadas, ejecutando una voluptuosa danza.

Es una composición de gran simplicidad que obtiene su ritmo de la sinuosidad de los cuerpos.

 

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Jesús

Jesús

Jesús

Serie: Gran Formato
Técnica: Látex sobre tela
Medidas: 130 x 175 cm
Año: 2007

 

 

Es una imagen original, que representa el rostro sereno de un Cristo lleno de compasión, misericordia y ternura.

Sus rasgos recuerdan las imágenes iconográficas, aunque por el tratamiento del color y las sombras queda claro que no pretende serlo.

Aun así, como una humilde versión del rostro de Jesús, esta obra busca el contacto íntimo e intuitivo de quien la observa con la energía divina representada en la imagen.

El acto de contemplar una imagen religiosa apela al ritual más primitivo del hombre, que es la relación y comunicación de éste con su divinidad.

El aporte del artista está en lograr ciertas atmósferas que despierten en el espectador emociones que lo conecten con la espiritualidad y el mensaje de la imagen religiosa.

 

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